Problemática

Medio ambiente y salud pública

La producción de pieles tiene un impacto adverso significativo tanto en el medio ambiente como en la salud humana.

Lejos de ser un recurso natural, la producción de pieles es un proceso altamente tóxico y que requiere grandes cantidades de energía, por los procesos químicos de tratamiento, blanqueo, tinte y conservación. Por otra parte, la escorrentía de desechos proveniente de las granjas peleteras suele acabar en los ríos y entornos naturales de los alrededores.

Igual que la ganadería animal en general, mantener miles de animales en las granjas de visones tiene una severa huella ecológica, ya que requiere ingentes cantidades de agua, alimentos, terrenos, energía y otros recursos. Varios comités europeos de normas publicitarias han dictaminado que la promoción de la industria peletera como ecológica es «falsa y engañosa«.

Pérdida de la biodiversidad

El visón americano es un mustélido semiacuático que se adapta muy rápidamente al medio, algo que parece ser sorprendente para algunas personas, pese a que su hábitat natural sean las cuevas y los ríos, y no las jaulas metálicas.

Gracias a testimonios de extrabajadores en granjas de visones sabemos que estos animales saltan los muros y se escapan continuamente, creando así colonias de esta especie que está catalogada como especie exótica invasora y poniendo en peligro de extinción al visón europeo y al desmán ibérico y causando estragos a más de 50 especies locales en el estado español.

Impacto local

El hedor que desprenden estas granjas, junto con las oleadas de mosquitos que atraen, especialmente en verano, tienen un impacto negativo en el bienestar y salud de los vecinos locales, perjudican el turismo y dañan la estética visual del paisaje rural.
 
Por otra parte, y debido a las fugas constantes de los visones, el ganado y los animales de compañía de los lugareños han sido atacados en múltiples ocasiones, lo que les ha causado un gran sufrimiento emocional, así como pérdidas económicas.
 

Subvenciones públicas

Las granjas de visones localizadas en el estado español, han recibido más de 127.000€ en subvenciones públicas.

La evidente decadencia en la popularidad de los productos peleteros y el aumento de la sensibilidad y exigencia de los clientes, nos muestra que la mayoría de los ciudadanos no estarían dispuestos a pagar impuestos destinados a subvenciones que mantienen a flote empresas privadas que no sólo no cubren una necesidad prioritaria y común, sino que además causan estragos en la salud pública, en la biodiversidad, en el medio ambiente y perpetúan el sufrimiento innecesario de estos animales.

El sector peletero no es responsable de producir bienes o servicios esenciales. De hecho, existe con el único fin de abastecer un mercado de moda de lujo con productos de origen animal para el que existen hoy muchas alternativas sintéticas.

 

Legitimidad y ética

Según encuestas, cada vez son más las personas que dejan de lado el consumo de cualquier producto peletero. Los clientes son más exigentes, han desarrollado una mayor sensibilidad hacia la preservación del medio ambiente y hacia el bienestar de los animales.

Este aumento en la preocupación pública respecto a la moralidad de esta actividad y el significante cambio en la demanda hacia productos más éticos pone contra las cuerdas a esta industria moribunda que tantos problemas causa.

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