La FFA, coalición internacional de la que TASV es miembro, ha entregado 880.457 firmas #StopDeadlyFur en la delegación italiana del G20, a una semana de la Cumbre de Líderes
ROMA. 29/10/2021 – La Fur Free Alliance (FFA), coalición internacional compuesta por más de 50 ONGs de protección animal que trabajan para poner fin a la industria peletera, y de la que Tu Abrigo Su Vida (TASV) es miembro representante en España, lanzó a finales de 2020 la campaña #StopDeadlyFur.
La FFA entregó la semana pasada más de 880.000 firmas en la delegación italiana del G20 para urgir a los gobiernos nacionales globales a prohibir las granjas peleteras. Tras los más de 440 casos de infección por COVID-19 en granjas de visones en 12 países, ‘Stop Deadly Fur’ hace un llamamiento a los líderes del G20 a reconocer en la próxima Cumbre G20 en Roma que el comercio de pieles debe terminar, para proteger la salud pública y animal.
Los visones son altamente susceptibles al COVID-19, virus que se propaga rápidamente en las explotaciones peleteras que crían miles de animales. El año pasado alrededor de 20 millones de visones fueron gaseados de forma masiva tras los casos de infección en Dinamarca y los Países Bajos. En España se sacrificaron todos los visones de las tres primeras explotaciones infectadas, más de 96.800 animales entre las granjas de La Puebla de Valverde, Teruel; Navatalgordo, Ávila; y A Baña, A Coruña.
La utilización de gas para terminar con la miserable vida de estos animales en realidad no es diferente de la explotación y asesinato cada año en estas explotaciones, que posteriormente son despellejados y convertidos en productos en nombre de algo que llaman moda.
La Organización Mundial de la Salud ha advertido que las granjas peleteras suponen un riesgo de COVID-19 para los humanos y animales salvajes. Además, expertos en virología han mostrado preocupaciones sobre la posibilidad de que las variantes del virus procedentes de las granjas de visones puedan reducir la eficacia de las vacunas.
La próxima Cumbre de Líderes en Roma del 30 y 31 de octubre, es la oportunidad perfecta para que los líderes mundiales reconozcan los riesgos que suponen las explotaciones de pieles y urgentemente pongan fin a la actividad.
Además de inherentemente crueles, las explotaciones peleteras son una bomba de relojería para el riesgo de futuras pandemias. En nombre de los cientos de miles de personas que nos apoyan, urgimos a los países productores de pieles a desmantelar esta industria moribunda, y hacemos un llamamiento a los líderes del G20 a reconocer públicamente que la cría de animales por su piel debe terminar.
La crisis del COVID-19 puede suponer el fin de una industria que lleva décadas en decadencia económica y reputacional. En los últimos años, veinte países han puesto coto a la cría de animales por su piel, por ser una actividad cruel que no es concebida como algo propio del S. XXI por cada vez más ciudadanos.
Para responder a las demandas de productos éticos, cada vez más diseñadores/as están dejando a un lado el uso de pieles animales en sus colecciones. En los últimos años ha habido un desplome en los precios de las pieles y acumulando toneladas de pieles que nunca se vendieron.
Aunque la legitimidad de cualquier uso y explotación de animales deba ser cuestionada en toda situación, independientemente del grado de su sufrimiento, la cría en cautiverio de animales salvajes como visones, zorros o perros mapache es una catástrofe en sí misma para la salud mental y física de estos animales.
Las denominadas ‘especies peleteras’ han sido criadas durante unas pocas décadas, por lo que no ha habido tiempo para un proceso de domesticación. De hecho, la selección genética llevada a cabo se ha centrado en la selección de las pieles con un mayor valor de mercado, y no en su habilidad para poder prescindir de llevar a cabo sus necesidades biológicas básicas (e.g. nadar, cavar, cazar, recorrer largas distancias o permanecer en solitario). El informe #CertifiedCruel demuestra sistemáticamente la imposibilidad de llevar a cabo esos comportamientos naturales en el sistema de cría en diminutas jaulas en batería.
Dado el inherente sufrimiento animal documentado en investigaciones y el riesgo real de las mutaciones del virus, que podrían prolongar la pandemia global del coronavirus, con las devastadoras implicaciones sanitarias y económicas que ello conlleva, ahora más que nunca debemos terminar con la peletería.
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